Como hacer en nuestra cultura actual, que promueve el exceso de alimentos, para no caer en el abuso y el descontrol?
Vivimos en una sociedad consumista, movida por al cultura de la exageración y la gratificación inmediata. Cosa veo... cosa quiero... y la quiero ya!
Actualmente se promueve el individualismo y la consigna es "amarse a si mismo", la búsqueda de la autocomplaciencia, festejar, divertirse, celebrar, obtener el mayor placer posible. Así vale la pena vivir, o mejor decir nos sentimos vivos, le damos un sentido a nuestras vidas.
No es cuestión de postergar la satisfacción. Seguir los mandatos de los medios de comunicación que nos dicen: Compren! Consuman! y Pidan mas! Es la apología al exceso; nuestro peligro ya no radica en la escasez o en el pasar hambre sino en la abundancia. Estamos siempre tentados a los abusos y el insistente dilema supone el buscar la fina brecha que impone el limite al exceso.
Valeria Matzkin
domingo, 14 de enero de 2018
La crónica del diarioLa Nación Ciclo de Encuentros y Reflexión Intramed
La alimentación ante el retroceso de la mesa social y el avance del picoteo individual.
Una nutricionista, una antropóloga, un sociólogo y una cheff debatieron sobre cómo lograr y mantener un peso saludable.
Cuando hablamos de comer, ¿todos entendemos lo mismo? ¿Por qué
tenemos hambre y nos gusta lo que más engorda? ¿Cómo elegimos los
alimentos? Estas fueron algunas de las preguntas que abordaron la
nutricionista Mónica Katz, la antropóloga Patricia Aguirre, el sociólogo Matías Bruera y la cheff Narda Lepes durante un encuentro organizado por Intramed y La Nacion online el 4 de octubre.
"Comemos para nutrirnos, pero también para bajar el estrés, obtener
placer y socializar con otros", señaló Mónica Katz, coordinadora del
posgrado de Trastornos alimentarios de la Universidad Favaloro. Nuestro
organismo está preparado para estresarnos frente a la falta de alimento.
Este mecanismo de supervivencia nos salvó de morir de hambre en el
pasado, y hoy se nos vuelve en contra.
"Al comer, transformamos la energía química de los alimentos en
energía mecánica para movernos, eléctrica para pensar o enamorarnos y
térmica para conservar la temperatura en 37 grados por más que afuera
haya 2 o 40", explicó la nutricionista. Pero hay otras funciones del
comer que van más allá de lo biológico y tienen que ver con los sistemas
de recompensa en nuestro cerebro.
Comemos porque nos gusta y para calmar la ansiedad. El problema es
que estamos en un mundo estresante, y con mucha comida a nuestro
alcance. En el hipotálamo del cerebro tenemos todos los radares: estrés,
aburrimiento, señales del medio que no reconocemos y nos hacen comer, y
factores biológicos: los neuroquímicos como la leptina, la dopamina y
otras sustancias.
Hoy se sabe por ejemplo, que los dulces y las grasas aumentan la
dopamina en el núcleo accumbens del cerebro, por eso los hidratos de
carbono son adictivos.
Por su parte, la antropóloga Patricia Aguirre alertó
sobre "el peligro de la "gastroanomia": al revés de lo que pasó durante
toda la historia de la humanidad, hoy no hay problema de disponibilidad
de alimentos, sino de acceso. "Cada vez hay más alimentos
industrializados y "creados para su difusión planetaria", por lo que
terminamos comiendo Ocnis (objetos comestibles no identificados)",
advirtió Aguirre.
"Son alimentos sin historia, y se redujo su diversidad: de las 400
variedades de papa, hoy sólo se cultivan cinco. La investigadora y
autora del libro Ricos Flacos y Gordos Pobres, también alertó sobre "el
retroceso de la mesa (familiar y comunitaria) y el avance del picoteo
individual. Hace sólo 40 años, el patrón alimentario era bastante
homogéneo en el país. Pero hoy está segmentado por el nivel de ingresos:
ricos y pobres comen y tienen gustos diferentes: las familias de los
estratos más bajos eligen alimentos "rendidores", mientras que los
sectores de mayores ingresos prefieren alimentos light. Señales contradictorias
El sociólogo Matías Bruera puntualizó sobre la
construcción social que implica el comer. "El hombre se hizo humano
cuando pasó de lo crudo (natural) a lo cocido (cultural), y con los
utensilios logró enmascarar un acto puramente instintivo".
Por su parte, Narda Lepes aportó no sólo consejos,
sino su experiencia como viajera e investigadora de las gastronomías del
mundo: "Deberíamos imitar a los japoneses de la isla de Okinawa: sólo
comen frutos de estación y lo hacen siempre en comunidad compartiendo
las variedades de sus platos", dijo.
"Nosotros cada vez más solos, frente a la televisión y siempre lo
mismo –agregó–. Nos quejamos del precio del tomate y no sabemos su
estacionalidad. No deberíamos comprarlo en invierno."
En tanto, la nutricionista Mónica Katz señaló que
hoy se están investigando cuáles son las señales ocultas del medio
ambiente que nos incitan a comer: el grupo de amigos, la publicidad y
los medios con sus mensajes contradictorios: por un lado muestran
comidas y por el otro, estereotipos de belleza inalcanzables para la
mayoría.
Estudios científicos muestran que se necesitan 19 alimentos
diferentes por semana para no tener carencias de nutrientes. Además,
toda dieta debe tener 50% de hidratos de carbono (legumbres, cereales,
frutas, verduras). Porque si el cerebro no recibe lípidos y glucosa,
dispara la sensación de hambre.
"El hipotálamo no sabe de dietas, si le faltan hidratos pone al
organismo en sistema ahorro, para que consuma menos. Por eso las dietas
hipocalóricas no sirven. Porque provocan hambre, y cuanto más rápidas
son, más hacen perder músculo en lugar de grasa. Los nutricionistas
deberíamos hacer un mea culpa porque hemos hambreado a mucha gente",
concluyó la especialista.
María Naranjo ¿En qué gastamos la energía?
60% gasto metabólico (para el funcionamiento de los órganos, sin movernos)
10% termogénesis (para mantener la temperatura corporal)
20% actividad física (caminar) y actividades físicas programada.
10% NEAT (del inglés Non Exercice Activity Thermogenesis) son todos
los movimientos que hago durante el día desde levantarse a cambiar el
canal del televisor hasta moverse en la silla.
Lo que aconsejan los especialistas
Comer frutas y verduras de estación. Son más baratas y más frescas.
Servirse porciones. No comprar un paquete grande de galletitas porque
no pararemos hasta terminarlo. Los seres humanos somos completadores.
Comer en la mesa, y si es posible con familia o amigos. La alimentación es un acto social además de fisiológico.
Recompensarse diariamente con algún alimento rico. Las prohibiciones
sólo sirven para aumentar el deseo y ser incumplidas. La comida es la
elección más importante y que más veces hacemos por día. Deberíamos
prestarle mayor atención.